Las comunas de San Nicolás, Portezuelo, Ninhue, Trehuaco y Quirihue tienen una población eminentemente rural que bordea el 70%. Los agricultores son propietarios  de pequeñas superficies de secano  emplazadas sobre colinas, trabajan en forma familiar o en mediería. Su producción es eminentemente tradicional, sus principales productos son  el trigo para consumo familiar y la vid  vinífera para comercialización. Estos agricultores usualmente siembran entre un cuarto y una hectárea de trigo para la producción de paja para tejer las cuelchas. Pese a que con la modernidad se ha perdido mucha superficie y variedades  locales de trigo  estos agricultores han sabido mantener en la zona algunas de estas variedades, destacando  Oregón, Milufen, Colorado, Milquinientos, Furfulla y Carrera, entre otras. Estas variedades se caracterizan por poseer un  entrenudo superior largo, de diámetro delgado y uniforme, de color parejo, flexible y  firme.

Son mujeres y hombres preferentemente de las zonas rurales de las  comunas de San Nicolás, Portezuelo, Ninhue, Trehuaco y Quirihue que han mantenido de generación en generación el arte de  tejer la paja de trigo. La trenza de paja es conocida como “cuelcha”, la que puede ser tejida con 3 y hasta 16 pajas, generando distinto tipo de trenzado que posteriormente dan origen a chupallas, bolsos, alfombras y otras artesanías. Esta actividad la desarrollan todos los días del año, en paralelo a sus actividades cotidianas. Actualmente la forma de tejido más común es de 4 pajas, la cual es usada para la elaboración de las chupallas, siendo la cuelcha más fina y de tejido más parejo la más valorada. Hasta la década del 80, se  trabajaba principalmente con 7 a 16 pajas, sin embargo estas técnicas de tejido hoy sólo perduran en el conocimiento de los adultos mayores.

Los chupalleros son los artesanos que elaboran las chupallas, el 90% de ellos se concentran en la comuna de Ninhue tanto en el pueblo como en las zonas rurales. Los chupalleros compran a las colchanderas y colchanderos las cuelchas, las que deben limpiar  cortando las puntas de las pajas no trenzadas, luego planchan la cuelcha en rodillos artesanales para dejar una cinta pareja. Posteriormente los chupalleros cosen las cuelchas mediante una fina  costura en sus máquinas especiales marca “Grossmann”, traídas desde Alemania durante la segunda guerra mundial. La costura se hace en espiral partiendo desde la copa, dándole la forma de cono truncado y un ala ancha, una vez cosida la chupalla en este estado recibe el nombre de “clocha”, la cual es planchada  y lacada  para darle firmeza. Finalmente el chupallero con ayuda de su familia da los toques finales colocando el trafilete, el fiador y el cordón o cinta a nuestra típica “chupalla de huaso”.